Existe una tendencia en la historia escrita
por los masones como materia de instrucción para sus miembros, cuya característica fundamental se identifica
con reconocer como masón a todo prócer
civil o militar que hubiese realizado alguna obra significativa en pro de la
evolución, en bien de la patria, o que hubiese merecido ser recordado. Ha
llegado esta tendencia al extremo de existir constituciones masónicas que han
contemplado la posibilidad de otorgar el grado 33 a personas no vinculadas a la
Orden, con la condición única de haber realizado en su vida, una lucha efectiva
en pro de los principios fundamentales de la Orden. Si el Libertador Simón
Bolívar no hubiera tenido una experiencia masónica durante su estadía en París
a finales de 1805, los masones lo hubieran reconocido como tal mediante este recurso, similar a un Honoris Causa.
El Gran Mariscal de Ayacucho posee una hoja de
servicios tan impecable que ha debido recibir este reconocimiento. ¿ Porqué no
hemos tenido noticia de este reconocimiento?. Simplemente porque los masones lo
han considerado hermano, sin haber publicado hasta la fecha, algún documento
que certifique su vinculación a la Orden.
Los masones Francisco Castillo y Hello
Castellón publicaron en el año 1974 su
libro: ¿Quién es Quien? en la Masonería Venezolana, donde aseguran que
en una logia de Cumaná existen evidencias de su asistencia a tenidas masónicas
en el año de 1811.
Américo Carnicelli, investigador masón, autor
de La Masonería en la Independencia de América, con varios años de
investigaciones en nuestro continente, no lo incluye en la lista de masones que
anexó a la mencionada obra, además asegura
que en las investigaciones realizadas por los masones no se ha podido
determinar si Antonio José de Sucre ingresó a alguna logia masónica.
Cuando recibí la invitación de
la División de Investigaciones "Enrique Bernardo Nuñez" de la
Biblioteca Nacional a través de la Colega Carmen Michelena para escribir un
artículo sobre Sucre Masón, lo primero que surgió en mi mente fue la duda.
Tampoco recordaba ninguna relación de este Ilustre Prócer con la Orden de la
Escuadra y el Compás.
Concebimos lógico que a los integrantes de
cualquier institución se llenarían de orgullo y satisfacción por el hecho de
poder comprobar que un hombre de la talla moral, intelectual y heroica de
Antonio José de Sucre, estuviese vinculado a ella, aunque fuese durante una experiencia
masónica intrascendente.
La estatura de la Gloria del Gran Mariscal,
tampoco se compagina con su breve permanencia en la vida. Si nos sometemos a
las limitaciones que presenta la masonería a los "profanos" que
pretendan engrosar sus filas, el lapso de su posible ingreso se reduce a los
años 1816-1828.
¿ Porqué solo doce años para poder vincular a
Sucre con la masonería ?
En primer lugar, existen un conjunto de
preceptos conocidos como los "Landmarks", los cuales demarcan la edad
de ingreso a las logias mediante el rito de iniciación a los 21 años. En caso
especial de ser hijo de masón, se le concede el privilegio de ser iniciado a
los 18. No contemplamos la posibilidad de que el Tte. Don Vicente de Sucre y
Urbaneja, hubiese estado vinculado a la Orden.
En segundo lugar, proponemos la fecha de 1828
como el otro extremo del límite, porque consideramos casi improbable que Sucre
pudiera entrar a una Sociedad Secreta, después del decreto del Libertador,
firmado en Bogotá el 8 de noviembre de 1828, cuando proscribió "toda
sociedad secreta, sea cual sea su denominación".
En 1816 estaba Sucre refugiado en Haití, pero
en lugar de salir con Simón Bolívar y participar en la primera Expedición de
Los Cayos, se dirige a la isla de Trinidad, donde prepara su viaje de regreso a
Paria para unirse con el General Santiago Mariño, quien lo nombra Jefe del
Estado Mayor de su ejército, y comandante del batallón Colombia donde toma
parte en la Campaña de Oriente y fue ascendido a coronel.
En 1817, el Libertador lo nombra Gobernador de
la Plaza de la Antigua Guayana y Comandante del Bajo Orinoco. El año siguiente
continúa con las gestiones de advenimiento entre los ejércitos de Oriente y
Occidente. A finales de año permanece bajo las órdenes del general Bermúdez,
combate en Güiria y participa en la Campaña de Río Caribe.
En 1819 asciende a General de Brigada, se
incorpora a la Campaña de Guayana bajo las órdenes de Bolívar. Se encuentra con
el Libertador en Achaguas y viajan juntos hasta Angostura, donde se encarga de
organizar la navegación de la Legión Británica hasta San Fernando de Apure.
Entre febrero y abril de 1820 realiza un viaje a Las Antillas
y regresa con un cuantioso parque. Tiene
significativa participación en la preparación del Armisticio y Tratado de
Regulación de la Guerra, ratificados por Bolívar y Morillo en Santa Ana de Trujillo
a finales de ese mismo año.
En 1821 se encarga de la Campaña de Pasto y
Popayán, luego parte a Guayaquil.
En 1822 se une al Ejército del Perú. Crea la Corte
Suprema de Justicia en Cuenca. Triunfa en la batalla de Pichincha para decidir
la Independencia de Ecuador. Es ascendido a General de División y nombrado
Intendente del Departamento de Quito.
1823 es un año interesante en cuanto al tiempo
del cual pudo disponer para actividades distintas a la guerra ... ¿
masonería?... funda la Sociedad Económica de Quito. Se dirige al Perú como
Ministro Plenipotenciario de Colombia.
En 1824 triunfa en Ayacucho y recibe del
Libertador el título de Gran Mariscal de Ayacucho.
En 1825 es ascendido por el Congreso de
Colombia al Grado de General en Jefe y el Perú le ratifica su título de Gran
Mariscal de Ayacucho.
En 1826 resulta electo Presidente de Bolivia
por voto popular, el cual es ratificado por el Congreso Constitucional. Asume
la Presidencia el 9 de diciembre.
En 1827 se inicia un período de fricciones con
el gobierno peruano y percibe la crisis cismática entre la dirigencia de los
departamentos que constituían Colombia.
En 1828 resulta herido en un motín en Chuquisaca,
entrega el Poder Ejecutivo, contrae matrimonio, abandona Bolivia y llega a
Quito donde es nombrado Jefe del Ejército Colombiano para la campaña contra
Perú. A finales de este año, dos meses después del atentado perpetrado contra
el Libertador en Bogotá, firma Bolívar el decreto que proscribe a las
sociedades secretas, sea cual fuere su denominación. A partir de este momento
descartamos casi totalmente, cualquier posibilidad de vincular a Sucre con la
masonería.
¿Fue Masón el Gran Mariscal?
Transcribimos la primera afirmación al
respecto hecha por los masones Castillo
y Castellón en la página 63 de su libro ¿Quién es Quien ? en la Masonería
Venezolana:
"En el archivo de la Resp:.
Log:. Perfecta Armonía N 2, al Oriente de Cumaná, actualmente en poder de la
Resp:. Log:. Bella Altagracia N 24, hay un libro de actas, con las hojas
amarillentas por la acción del tiempo, donde aparece registrado con fecha de
1811, el nombre del Mariscal José Antonio (sic) de Sucre , como asistente a
unas tenidas."
¿Dónde se encuentra Sucre ese año?. En 1811 la Junta de Caracas lo
nombra Comandante del Cuerpo de Ingenieros de la Isla de Margarita. Participa
en la Campaña de Barcelona. Tenía 16
años y ya era Comandante. En una carta
que le escribe a Santander desde Quito fechada 6 de junio de 1822, le dice :
"Usted sabe que yo estoy desde la edad de trece años en un
cuartel..." Su padre, su abuelo, y
sus cuatro bisabuelos fueron Militares. En 1808, ya estudiaba Ingeniería
Militar. Al año siguiente ingresa a la Compañía de Húsares Nobles de Fernando
VII en Cumaná. En 1810 regresa el
Cadete a Cumaná con el grado de Sub Teniente de Milicias Regladas de
Infantería.
Si a los diez y seis años era Comandante del
Cuerpo de Ingenieros con el grado de teniente. No tendría nada de particular
que hubiese sido masón. Tampoco resulta extraño que siendo Comandante de la
Plaza de Margarita, tuviera tiempo para visitar logias en su ciudad Natal. Pero
si recordamos los Lankmark, esta
posibilidad descarta la de que esas firmas pertenezcan al mismo personaje,
quien por más hijo del Gobernador, y brillante hoja de Servicios, era todavía
menor.
Sin embargo, nuestras dudas al respecto son
muy grandes, no sólo por lo imprecisa que resulta la referencia a la hora de
mencionar las fuentes, y su desarticulación con el contexto histórico. Tampoco
hemos tenido contacto directo con esos
libros de actas de 1811. La información que respecto a esa logia archiva la
base de datos de IVEM, Instituto Venezolano de Estudios Masónicos, responde a
la instalación de la logia Perfecta Armonía número 2, en una fecha posterior a
1811, el 4 de noviembre de 1822. En la
lista archivada por Manuel Landaeta Rosales, no figura esta logia.
Encontramos un reconocimiento de masón que le
hace el investigador masónico Roberto Levi Castillo al llamarlo hermano en un
artículo publicado en el anuario de la logia de Investigación Histórica
Inglesa, la Ars Quatour Coronati N 2076, en el vol 95 de 1982, editado en
Londres, 1983. "British Franmasonry in Northern South America,
1817-1824".
Los resultados registrados por Américo
Carnicelli fueron expresados así: " En las investigaciones históricas
masónicas no ha sido posible comprobar si el Gran Mariscal de Ayacucho ingresó
a alguna logia masónica en Venezuela o en las islas antillanas o en Cartagena
de Indias. No se encuentra ningún nombre o documento masónico de la época"
La Masonería en la Independencia de América.. p. 15.
Tomando en cuenta todo lo dicho hasta ahora,
recomendamos a los investigadores que examinen las posibilidades durante su
estadía en Haití, donde cumplió 21 años. Su posterior paso por Trinidad, camino
a Paria para reunirse con Mariño, quien para el momento de su muerte en 1854,
era la máxima figura de la masonería venezolana. Lamentablemente carecemos de
datos respecto a la fecha y lugar de su
iniciación.
Entre 1817 y 1819, llegaron muchos masones
entre la oficialidad de la Legión Británica que sobretodo para la última fecha
tuvieron algún contacto con Sucre. Un legionario británico, Gustav Hippiesley, escribió en: Narrative of the expedition
to the rivers Orinoco and Apure in the South America, London, John Murrey,
1819, p. 320, que había asistido a la iniciación del general Montilla en una
logia que se reunía en la casa del inglés James Hamilton en Angostura. Este
inglés debió ser el contacto para la compra de las Armas que trajo Sucre de las
Antillas en 1820.
Podemos también recomendar la búsqueda dentro
del proceso de pacificación que tuvo como resultado el Armisticio de Paz y el
Tratado de Regularización de la Guerra firmado por Bolívar y Morillo en 1820.
Allí hemos verificado algunos elementos masónicos durante y después del
encuentro de los generales. En Mito y Realidad en la Historiografía Masónica
Venezolana de la Independencia, Caracas, IVEM, 1994, señalamos que el
abrazo entre Bolívar y Morillo correspondía a una señal de reconocimiento y
respeto entre masones; la colocación de la piedra cúbica, símbolo masónico
esencial de la masonería, en el lugar del encuentro; el reconocimiento de los masones
de Caracas en 1854, cuando mencionan al Armisticio de Santa Ana como resultado
de una acción masónica; la celebración de una batalla que definiera la situación
a favor o en contra de uno de los dos bandos, y que esta batalla se realizara
el día que desde 1717, es reconocido como día Internacional de la Masonería, el
24 de junio, día del patrono de los masones católicos, San Juan. Sin embargo
estos aspectos que pueden ser casuales relacionan al Armisticio con elementos
masónicos, pero no al redactor de los términos de dicho Armisticio con la
masonería.
Por último recomiendo a los investigadores
buscar en los documentos bolivianos, relativos a la existencia de una logia en
Chuquisaca, en las fechas de la estadía del Gran Mariscal en aquella población
boliviana. Aunque esta referencia me parece tan remota como la de su firma en
el libro de actas de una logia que se
iba a fundar once años más tarde. Pero tampoco descarto la posibilidad de
alguna vinculación de Sucre con la masonería, o con alguna logia militar, no
sea que nos pase lo que pasó con Bolívar cuando apareció el documento que disipo
las dudas de su experiencia masónica, este documento también sirvió para
demostrar que los masones habían utilizado falsos fundamentos al pretender
vincular al libertador con la Orden.
Caracas, sep de 1994
Publicado con el título: “La
Masonería del Gran Mariscal”, en: Diario de Tribunales, Barquisimeto,
Barquisimeto, 13 - 11 de, 1994, pp. 2 y última. y en El Investigador Venezolano 1995, Caracas, Biblioteca Nacional, con el título de Escarceos masónicos.